jueves, 2 de diciembre de 2010

El hastío de las manos, de Miyer Pineda


El hastío de las manos es un libro hermosamente triste, hondo y desesperanzado.
Los versos tejen un entramado de ancestro familiar, que hiere, sílaba a sílaba, porque el paso del tiempo, la enfermedad, el deterioro físico y espiritual, nos lleva de la mano trémula a un país lejano que tampoco fue feliz: la infancia. Expresa Jorge Eliécer Ordóñez.


V
Un poema no necesita diccionario ni abogado ni niñera
A lo mejor una mujer de labios estupendos

Lo que necesita un poema es un canto
Repetido tantas veces que logre asemejarse a la música del mundo

Cada poema es un oráculo
Y un oráculo no necesita guardaespaldas ni mascotas ni visitas ni cartógrafos
A lo mejor un vientre que haga las veces de rosa de los vientos

Lo que un poema necesita es un cigarro y un revólver



No hay comentarios:

Publicar un comentario