miércoles, 5 de enero de 2011

Concepto de identidad e infinito


Concepto de identidad e infinito

A Manuel Suárez

Al filo de la madrugada, rodeado de tratados de astronomía, física cuántica y topología, con las manos sobre la frente, asombrado ante la curvatura e infinitud del espacio, de los millones de soles y de galaxias que pueblan el universo; los agujeros negros, la antimateria, el tiempo, levantó los brazos aterrorizado y gritó a su compañera:
_ ¡Eloísa, Eloísa, no somos nada!¡No somos nada! Ella, entre dormida y despierta le contestó:
_ ¡Claro, si usted siempre me ha negado! Y volteó la espalda para continuar durmiendo.


Minificción del libro La casa ciega y otras ficciones. Magisterio 2000

sábado, 1 de enero de 2011

Palabras migratorias


El viejo embolador
Este rostro, esta nariz, esta boca siniestra
están en otra parte, en un cuadro de Brugel,
pero ahora son de aquí, de esta esquina del mundo,
a donde llega el político obeso
con sus grandes zapatos de payaso
y su pipa que exhala un vapor tercermundista

Los emboladores están en fila, cabizbajos
como lo dicta la tradición de su oficio:
tantos años de inclinación han formado su ángulo,
tienen frente a sus manos de betún a un hombre con patillas,
a una mujer con grandes botas que se siente la reina del cuero
en medio de la plaza,
todos tienen un cliente, menos el viejo embolador,
cada vez más doblado sobre su caja de alpiste, sin canarios

Para que su jornada no se vaya en blanco,
me siento frente a su caja de betunes,
ahora sí, queda completa la pintura de Brugel


Rinoceronte

Me llaman el fósil cuaternario
tanque de guerra
bestia gris de las praderas
el ciego arrecho que persigue a la hembra
el sordo que no escucha los obuses
y solitario cuida su cuerno
de furtivos cazadores

Si supieran los mitómanos
que apenas soy un ángel acorazado y sediento
recién salido del pantano

El poeta Ordóñez, si bien no llega a ser expresionista, posee una carga de nostalgia que va más allá del expresionismo en sus poemas. Su escritura es pausada, tranquila, reposada, sabia y diciente. El lector camina por el escenario de una película italiana: uno podría tropezarse con Sofía Loren o con un ladrón de bicicletas en cualquier momento, lo curioso sería que la banda sonora, casi obligatoriamente, tendría que pertenecer al trópico latinoamericano: el bolero, Matamoros, La sonora Matancera...

Miyer Fernando Pineda